diumenge, 27 de març del 2011

Elizabeth Taylor y la literatura

BIOGRAFÍA
Elizabeth Taylor
Nombre: Elizabeth Taylor
Nombre real: Elizabeth Rosemond Taylor
Fecha de nacimiento: 27/02/1932
Fecha de defuncion: 23/03/2011
Lugar de nacimiento: Hampstead Heath, Londres
Nacionalidad: Gran Bretaña
Nació el 27 de febrero de 1932, en Hampstead Heath, Londres (Inglaterra).
Cursa estudios en la prestigiosa Vaccani Dancing Academy y posteriormente, lo hace en la Private Byron House School; hace su primera aparición sobre los escenarios durante la representación de una obra en honor de la Duquesa de York y de sus hijas; la familia Taylor decide retornar a su país de origen cuando empieza la Segunda Guerra Mundial; ingresa en la Hawthorne School de Beverly Hills, próximo a su casa situada en Pasadena, en el estado de California.
Oscar a la Mejor Actriz por Una mujer marcada (1960) y por ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966); Nominada al Oscar a la Mejor Actriz por El árbol de la vida (1957), por La gata sobre el tejado de zinc (1958) y por De repente, el último verano (1959); Oso de Plata en el Festival de Berlín a la Mejor Actriz por Pacto con el diablo (1972); David de Donatello del Festival de Venecia a la Mejor Actriz por De repente, el último verano (1959), por La fierecilla domada (1967) y por Salvaje y peligrosa (1972); Globo de Oro World Film Favorite (1974); premio Cecil B. DeMille (1985); Globo de Oro a la Mejor Actriz Dramática por De repente, el último verano (1959); Nominada al Globo de Oro a la Mejor Actriz Dramática por Miércoles de ceniza (1973); recibe una distinción del American Film Institute por el conjunto de su carrera (1993).
Casada y divorciada de Conrad Nicky Hilton (1950-1951), de Michael Wilding (1952-1957)(hijos: Michael Howard y Christopher Edward), del productor Michael Todd (1957-1958)(hijos: Elizabeth Frances), del cantante Eddie Fisher (1959-1964), del actor Richard Burton, dos veces (1964-1974 y 1975-1976)(hija adoptiva: Maria), del senador republicano John Warner (1976-1982) y del empresario Larry Fortensky (1991-1996); presidenta de Honor de la fundación AIDS.
Aunque Elizabeth Taylor nació en Inglaterra, su primera etapa en el seno de la industria cinematográfica obedece al retrato de una actriz netamente norteamericana. Empero, su ciclo profesional ha sido más largo del habitual, ya que Taylor ofició de intérprete infantil y adolescente al servicio de la popular serie Lassie. La Metro-Goldwyn-Mayer forjaba a nuevas estrellas:Mickey Rooney, Rock Hudson, June Allyson, Margaret O' Brien con el ánimo de que encabezaran una lista de producciones definitorias del cine de evasión de la época. Si para Katharine Hepburn su recreación de Jo en la adaptación al celuloide del clásico de May Louise Alcott había supuesto un impulso cualitativo a su carrera, en el caso de Elizabeth Taylor idéntico papel en Mujercitas la facultó para enfrentarse a interpretaciones de mayor exigencia dramática.
Era una línea que si bien Taylor empezaba a trazar de forma discontinua. Un lugar en el sol, El árbol de la vida, ambas coprotagonizadas por su «protegido», Montgomery Clift, tendría una evidente progresión a partir de La gata sobre el tejado de zinc y De repente, el último verano. De esta forma, Elizabeth Taylor entraba en contacto con el mundo interior de Tennessee Williams, que conformaría el punto de partida de sus composiciones dramáticas en una época que vería aumentar su popularidad a raíz de sus matrimonios con el cantante Eddie Fisher previamente casado con la actriz Debbie Reynolds y el actor Richard Burton, con quien trabajaría en un total de ocho ocasiones.

No eran ajenas estas relaciones matrimoniales al modelo de caracterizaciones que le ofrecían a Taylor. Su asimilación a los roles de la millonaria Flora Goforth, casada en seis ocasiones, en La mujer explosiva, Gloria Wandrous en Una mujer marcada, o la alcohólica y depresiva Martha en ¿Quién teme a Virginia Woolf? no podían escapar a la imagen pública, de sus constantes problemas conyugales y de su inestabilidad sentimental. Elizabeth Taylor había dejado de ser una actriz confinada a un solo estudio la Metro-Goldwyn-Mayer a través de producciones que denotaban el look en cinemascope y technicolor de la compañía, al estilo de Ivanhoe o La última vez que vi París, al que por espacio de dieciocho años permaneció fiel, con la salvedad de su cesión por ciento cincuenta mil dólares a la Paramount para solventar la marcha de Vivien Leigh, su compañera en Mujercitas y que también encarnó a Cleopatra en la gran pantalla, en La senda de los elefantes.
A partir de Cleopatra en el papel epónimo del film producido por la Fox, Elizabeth Taylor asistió a una etapa desligada de contratos longevos y con una voluntad por enfrentarse a traslaciones cinematográficas de textos de Tennessee Williams (La mujer explosiva), de Edward Albee (¿Quién teme a Virginia Woolf?), de Carson McCullers (Reflejos en un ojo dorado) o de Christopher Marlowe (Doctor Fausto, en la que volvía a recrear a Helena de Troya transcurridos un par de años desde la confección de un montaje teatral) o de William Shakespeare (La fierecilla domada). El regreso de la pareja Burton-Taylor coincidió con el ocaso profesional de la otrora estrella de la Metro, inmersa en un concepto de producciones de origen televisivo (Divorce, Victoria en Entebbe), teatral (A Little Night Music, a partir de una obra concebida por Andrew Lloyd Weber) u operístico (El joven Toscanini).
Pocas muestras, pues, de adscripción al arte puramente cinematográfico para una mujer marcada por su relación con Richard Burton y por una ausencia de una vida propia durante su fase de aprendizaje. Un aspecto que ayuda a perfilar un carácter inestable y al mismo tiempo una voluntad por colaborar en la lucha a favor de sectores marginados de la sociedad, como los enfermos de SIDA, a raíz de la muerte de Rock Hudson acaecida en 1984, el que fuera su inolvidable pareja en Gigante, uno de los títulos que proyectaron su nombre hacia la condición de estrella, o para algunos aficionados, de mito.